Esta novela trae todo el hechizo de la adolescencia, es ágil, dinámica y fresca como Gabriela (su protagonista que al igual que muchas adolescentes, creen en los Horóscopos, el I`Ching y el Tarot) y enfrenta de manera excepcional una problemática que difícilmente encaran los libros destinados a adolescentes.
La novela se encuentra estructurada en doce derroteros astrales, doce días en los que Gabriela enfrenta momentos cruciales que harán que ya no sea la misma.
Todos los que alguna vez hemos consultado un horóscopo, conocemos la importancia que se le otorga a las predicciones. Antes de comenzar un capítulo, la autora nos deleita con estas predicciones poéticas. Se trata de fragmentos, de autores reconocidos que hablan del amor, de la prosperidad, o nos dan una clave de vida:
"Clave: La unificación y el equilibrio son tus propósitos en la vida. Pero no olvides que cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales (Eduardo Galeano)"
"Prosperidad: No envistas, no tropieces, no te detengas... Todo viaje por largo que sea empieza por un solo paso ( Lao Tse)"
"Amor: Habrá que seguir esperando, el amor no ha venido... ni vendrá todavía, no han llegado las manos que debían llegar. Y para cuando lleguen florecerán los días alumbrando la suave dulcedumbre de amar... (Pablo Neruda)"
Gabriela, tiene dieciséis años y está enamorada, en secreto, de Felipe, el hermano de su mejor amiga, Anahí. A raíz de un accidente automovilístico en el que salvan milagrosamente la vida, los médicos descubren un pequeño tumor maligno el el glúteo de Gaby. Los acontecimientos se precipitan... médicos, quirófanos, oncólogos parecen llenar su mundo desde entonces. Pero... ¿Y el amor?
Todos los capítulos hablan de amor, distintas clases de amor se muestran en cada derrotero, el amor fraternal, cuando su hermana la ayuda a ponerse linda, a pesar de los efectos de la quimioterapia, el de su amiga, que registra en una especie de diario todos los sucesos ocurridos durante su operación, y el amor de la madre, que manda una carta al correo de lectores del diario local:
"Puede ser que un día, cuando menos lo esperes, una bocanada de tragedia te asalte en tu propia cama y por un accidente macabro del destino los médicos te anuncien que tu hija tiene cáncer.
No es posible entender, de pronto, ese idioma de muerte y con inocencia astrológica se te da por decir que debe haber un error, que tu hija nos es de Cáncer, que nació bojo la luna de Tauro..."
Y el Amor. Su amor y el amor de Felipe y la noche, bajo la regencia de Venus, estrenando milagrosas constelaciones de estrellas. Es un texto recomendado para adolescentes y para padres que teniendo adolescentes en casa, quieran comprenderlos un poquito más
La novela se encuentra estructurada en doce derroteros astrales, doce días en los que Gabriela enfrenta momentos cruciales que harán que ya no sea la misma.
Todos los que alguna vez hemos consultado un horóscopo, conocemos la importancia que se le otorga a las predicciones. Antes de comenzar un capítulo, la autora nos deleita con estas predicciones poéticas. Se trata de fragmentos, de autores reconocidos que hablan del amor, de la prosperidad, o nos dan una clave de vida:
"Clave: La unificación y el equilibrio son tus propósitos en la vida. Pero no olvides que cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales (Eduardo Galeano)"
"Prosperidad: No envistas, no tropieces, no te detengas... Todo viaje por largo que sea empieza por un solo paso ( Lao Tse)"
"Amor: Habrá que seguir esperando, el amor no ha venido... ni vendrá todavía, no han llegado las manos que debían llegar. Y para cuando lleguen florecerán los días alumbrando la suave dulcedumbre de amar... (Pablo Neruda)"
Gabriela, tiene dieciséis años y está enamorada, en secreto, de Felipe, el hermano de su mejor amiga, Anahí. A raíz de un accidente automovilístico en el que salvan milagrosamente la vida, los médicos descubren un pequeño tumor maligno el el glúteo de Gaby. Los acontecimientos se precipitan... médicos, quirófanos, oncólogos parecen llenar su mundo desde entonces. Pero... ¿Y el amor?
Todos los capítulos hablan de amor, distintas clases de amor se muestran en cada derrotero, el amor fraternal, cuando su hermana la ayuda a ponerse linda, a pesar de los efectos de la quimioterapia, el de su amiga, que registra en una especie de diario todos los sucesos ocurridos durante su operación, y el amor de la madre, que manda una carta al correo de lectores del diario local:
"Puede ser que un día, cuando menos lo esperes, una bocanada de tragedia te asalte en tu propia cama y por un accidente macabro del destino los médicos te anuncien que tu hija tiene cáncer.
No es posible entender, de pronto, ese idioma de muerte y con inocencia astrológica se te da por decir que debe haber un error, que tu hija nos es de Cáncer, que nació bojo la luna de Tauro..."
Y el Amor. Su amor y el amor de Felipe y la noche, bajo la regencia de Venus, estrenando milagrosas constelaciones de estrellas. Es un texto recomendado para adolescentes y para padres que teniendo adolescentes en casa, quieran comprenderlos un poquito más
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